NACIMIENTO E INFANCIA DEL PROFETA DEL ISLAM

La situación de la península arábiga combiará con el nacimiento de Muhammad sobre el que hay muchos relatos diferentes. A continuación hay un ejemplo:

Relato del poeta Hassan ibn Zabit sobre la noche del nacimiento del profeta:

• Por Dios, cuando yo era un niño de unos siete u ocho años, recuerdo haber escuchado un judío anunciando en voz alta sobre las colinas de Yazrib: Oh judíos de Yazrib... Y cuando hubo mucha gente, y le preguntaron qué era lo que había pasado, dijo: Esta noche ha nacido la estrella de Ahmad.

Ahmad es el nombre que aparece en el Corán y según los musulmanes también aparecía en los evangelios. Es el nombre con que Dios informa a Jesús que después de él vendrá un profeta con este nombre.

Al cabo de poco tiempo de haber nacido, su padre murió, y cuando todavía era un niño, su madre también pasa la frontera que separa la vida de la muerte. Abd Almuttalib, su abuelo, que desde siempre había amado a Muhammad, lo empezó a amar todavía más que antes al saber que su madre se había muerto, y empezó a cuidar de él.

Pero la mala suerte iba detrás de Muhammad, o al menos eso era lo que creían los de su clan, y cuando el pequeño huérfano todavía no había llegado a los 8 años, su abuelo de más de 80 años murió. Se dice que el pequeño huérfano lloró más en el día del enterramiento de su abuelo que en todos los días de su vida.

Antes de morir, Abd Almuttalib pidió a su hijo más pequeño y honrado, que cuidara de Muhammad. Éste que empezaría a cuidar del futuro profeta es Abu Talib, tío del profeta y padre del que más adelante sería el cuarto califa, Ali ibn Abi Talib.

A los 12 años, Muhammad pidió a su tío si podía acompañarle en un viaje de negocios a Síria. Después de pensárselo, Abu Talib aceptó que el pequeño huérfano le acompañase. Los libros de la sira nos explican que en uno de estos viajes, un monje cristiano que vivía en Busra, quiso hablar con Abu Talib y le informó que el pequeño Muhammad sería muy importante en el futuro, sería el último profeta. Bahira (el nombre del monje) también le aconsejó a Abu Talib que no siguiera su viaje hacia Síria con Muhammad porque podría correr peligro si se encontraba rodeado de judíos, que según el monje no aceptarían a un profeta que no fuera israelita. Abu Talib le hizo caso y se marchó en compañía del futuro profeta hacia La Meca.

Según algunos investigadores musulmanes y muchos orientalistas, Muhammad aprendió muchas cuestiones relacionadas con el cristianimso y la Bíblia, pero los musulmanes no aceptan estas ideas y dicen que sólo son hipótesis sin ningún sentido académico.